HISTORIA DEL CIR
HISTORIA DEL CIR
BREVE HISTORIA DEL C.I.R.
La fundación del “Centro de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores Titulares”, primera denominación que tuvo el Centro de Ingenieros de Rosario, ocurrió en el año 1918, en vísperas de la conclusión de la primera guerra mundial.
Sin duda alguna, ese acontecimiento de gran dramatismo para la humanidad, tuvo repercusiones en todos los rincones del mundo y naturalmente también en Rosario, ciudad en aquella época con escasa industria importante, no siendo la misma más que un centro agrícola, cuya actividad se basaba en el movimiento de exportación e importación de su puerto, en manos de los franceses, y en sus transportes ferroviarios, en manos de los ingleses y franceses.
En este ambiente aparece un grupo de ingenieros, egresados de Universidades que no eran de Rosario (que en aquélla época no las tenía), jóvenes casi todos, de amplia visión, que firman el acta de fundación.
El acta de fundación de la entidad, de la que sólo extraemos los siguientes párrafos, enunciados en la primera Asamblea General, que dicen:
“En la ciudad de Rosario de Santa Fe, a los 26 días del mes de Julio de 1918, siendo las nueve y media horas, reunidos en la sala de la Biblioteca Argentina, los Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, al margen anotados, se constituyeron en Asamblea deliberativa.
En nombre de los invitantes a la reunión, tomó la palabra el Ing. Ramón A. Araya para explicar a los presentes el objeto de la invitación, manifestando que el llamado respondía a la necesidad sentida entre los profesionales de la Ingeniería de Rosario, de aunar esfuerzos, para hacer que los títulos otorgados por Institutos técnicos superiores de la Nación tuvieran valor moral, social y legal, que frente a la habilidad y la audacia de los no titulados, que habían, desde hace tiempo, formado una asociación conocida por el público[i] y que pesaba en la opinión, se habían estrellado todos los esfuerzos aislados de los verdaderos profesionales que tenían que luchar en un ambiente totalmente indiferente, si no adverso, puesto que se prescinde del técnico en funciones que le son netamente propias, a pesar de que se están palpando las funestas consecuencias que de ello derivan; que la única forma de hacer respetar nuestros derechos era constituir una asociación que velara por ellos, gestionando ante los poderes públicos las medidas del caso, al mismo tiempo que fuera un vínculo de unión entre todos los titulados.”
A pesar de la intención y deseo tan natural y evidentemente, los acontecimientos posteriores demostraron que se necesitarían años y años de tenaz lucha para que la opinión pública y las autoridades comprendieran, que no sólo era justo que los ingenieros con título oficial fueran colocados en el lugar que les correspondía, sino que la misma sociedad humana resultaría beneficiada al poner la construcción, tan vital en la existencia del hombre, ya tratándose de sus viviendas, edificios públicos, industriales, etc., en manos responsables y preparadas. Aparece como insólito, si no dramático que durante muchos años, la misma Municipalidad de Rosario se opusiera en esa época a la “reforma”, ya que disposiciones resueltas decenios atrás, no le permitían actuar con libertad.
En la primera asamblea participaron 23 profesionales con título, entre ellos varios agrimensores y arquitectos. Su nómina es la siguiente:
Araya Ramón Ingeniero Civil
Arman Agustín Arquitecto
Berizzo José Ingeniero Civil
Casas Guillermo Ingeniero Civil
Castro Eduardo Ingeniero Civil
Cardarelli José Agrimensor
Dellarole Víctor Arquitecto
Devoto Juan A. Ingeniero Agrónomo
Fraquelli Carlos Ingeniero Mecánico
Escauriza Ramón Agrimensor
Gómez Oscar Ingeniero Civil
Gueglio Hugo Ingeniero Civil
Lamarque Eduardo Ingeniero Civil
Laporte Luis Ingeniero Civil
Mancini Rafael Ingeniero Geógrafo
Micheletti Luciano Ingeniero Civil
Micheletti Tito Arquitecto
Morgantini Gabriel Ingeniero Civil
Madariaga José Agrimensor
Sallovitz Manuel Ingeniero Civil
Sallovitz Arturo Ingeniero Civil
Sánchez Domingo Ingeniero Geógrafo
Schamis Arón Ingeniero Civil
En esta asamblea constituyente, por proposición del Ing. Sallovitz, se formó una comisión compuesta por los Ing. Laporte, Cardarelli, Escauriza y Luciano Micheletti, para redactar los estatutos. Al mismo tiempo se declaró solemnemente constituida la asociación.
Unos 50 días después de esta primera asamblea, el día 16 de septiembre, nuevamente en la sala de la Biblioteca Argentina, se inició el debate para definir el nombre de la institución en formación. Mientras el Ing. Cardarelli se pronunciaba por el nombre de “Centro de Ingenieros Nacionales” o “Centro Nacional de Ingenieros” se aceptó la denominación original, o sea: “Centro de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores titulares.”
Esta denominación tuvo indudablemente cierta importancia; fue prácticamente una respuesta a la entidad existente desde años antes y que no sólo reunía a los idóneos de la construcción sin título, sino que, utilizando su relación con la Municipalidad, conseguía a sus afiliados el certificado para poder construir en la ciudad, con el título de constructor o maestro de obra.
Entre los 42 artículos del estatuto aprobados, mencionamos el 7º, referente a los ingenieros extranjeros, problema candente en aquella época, cuando la educación técnica estaba totalmente atrasada en relación al crecimiento del país. El Ing. Cardarelli propuso que el Centro admitiera como socios a los directores técnicos de grandes empresas, porque no ejercían su profesión y por razones de sociabilidad y hospitalidad. También se propuso incluir otros profesionales extranjeros, como por ejemplo, profesores de escuelas del país. En definitiva, fue redactado el artículo en estos términos:
“Podrán también ser socios activos los ingenieros extranjeros, directores técnicos de grandes empresas radicadas en esta ciudad, que satisfagan las condiciones establecidas en estos estatutos.”
Se explica perfectamente que en aquel momento de lucha por conseguir para los ingenieros el lugar que les correspondía, fueran algo intransigentes frente a los titulares de Universidades extranjeras, quienes no sólo en Rosario sino en el país entero y desde tiempo atrás, colaboraban en la construcción del país. La presencia de aquellos profesionales entonces se explicaba perfectamente, teniendo en cuenta el desarrollo acelerado del país para aquella época, en relación con la demora en formar sus propios técnicos.
En la tercera asamblea general, que tuvo lugar el 25 de septiembre de 1918, quedó finalmente elegida la primera Comisión Directiva. La formaron:
Presidente Ing. Ramón Araya
Vicepresidente Ing. Manuel Sallovitz
Secretario Ing. Luciano Micheletti
Tesorero Agrim. José Cardarelli
Vocales Titulares Ing. Luis Laporte
Ing. Julio Bello
Ing. Carlos Fraquelli
Ing. Gabriel Morgantini
Agrim. Ramón Escauriza
Ing. Raúl Zapata
Los primeros años del Centro fueron de lucha contra la Municipalidad de Rosario, cuyas disposiciones permitían actuar en la construcción de edificios a personas sin título y muchas veces sin los conocimientos necesarios.
Finalmente el Centro encaró un proyecto para resolver definitivamente la cuestión: la sanción de una ley provincial que reglamentara las profesiones de la ingeniería y creara de un nuevo ente que, manejado por los propios profesionales, ejerciera la policía de la profesión por delegación del gobierno provincial.
En los libros de actas del Centro se puede seguir toda la discusión de ese proyecto de ley artículo por artículo y los trámites ante el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia y los legisladores para convencerlos de la necesidad de esa ley.
Finalmente, el 31 de diciembre de 1934 se sancionó la ley propuesta por el Centro, creándose el Consejo de Ingenieros. Fue la primera ley que reglamentó en nuestro país las profesiones de la Ingeniería de la cual derivan todas las legislaciones nacional y de las diferentes provincias que regulan hoy la profesión.
Culminaron así 16 años de una lucha iniciada en 1918 por un grupo de profesionales visionarios, que adelantándose a su época, lucharon para dotar al país de una legislación adecuada que regulara el ejercicio profesional para resguardo de los ciudadanos.
A mas de 86 años de aquella gesta, el Centro continua hoy bregando para que la sociedad cuente con los servicios de ingeniería se necesitan, y alertando cuando se alteran los hechos o cuando las autoridades no toman las medidas adecuadas.
[i] Se refiere a la “Sociedad de Ingenieros, Arquitectos y Constructores de obra” (Fundada en el año 1907), que agrupaba también a los constructores sin título universitario.
REVISTA 100 AÑOS DEL CENTRO DE INGENIEROS DE ROSARIO - HISTORIA
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